Monte dei Paschi es la punta del iceberg: Italia se enfrenta a un posible rescate financiero
Monte dei Paschi di Siena es uno de los mayores bancos de Italia y el que tiene, de largo, un mayor montante de activos tóxicos en balance. El problema va a más cada día que pasa, y cada sesión en Bolsa es una auténtico martirio para la entidad italiana –que este martes se deja cerca de un 10% en los mercados-, y que podría ser la punta del iceberg de un caso que recuerda, y mucho, a la situación de la banca española en los años más duros de la crisis.
A pesar de que Monte dei Paschi ha vendido en los últimos años parte de estos activos tóxicos y de tener planificado seguir haciéndolo durante los próximos años, ayer se filtró que el BCE les ha recomendado desprenderse de más, y a mayor ritmo. La idea pasa por camuflar sus resultados en los test de estrés a la banca europea que se harán públicos el próximo 29 de julio. Sin embargo, fuentes bancarias aseguran que gobierno italiano estaría intentando acelerar el proceso de inyección de capital en Monte dei Paschi.
Exposición de 47.000 millones de euros a activos tóxicos
Al cierre del primer trimestre, Monte dei Paschi tenía una exposición a activos tóxicos superior a los 47.000 millones de euros. Cifra importante, y más teniendo en cuenta que la capitalización bursátil de la entidad apenas alcanza los 800 millones de euros.
De esos 47.000 millones de activos tóxicos, 17.000 millones corresponden a préstamos de dudoso cobro, mientras que los 30.000 millones restantes lo forman préstamos impagados, que han crecido cerca de un 10% respecto a 2015.
La entidad italiana tiene una exposición a activos tóxicos de 47.000 millones de euros, y apenas vale 800 millones en Bolsa
Por si esto fuera poco, desde SelfBank enfatizan que, además de todos esos activos tóxicos, el banco tiene en balance cerca de 22.000 millones de euros en deuda pública italiana, considerada grado de inversión pero apenas tres escalones por encima del bono basura. Además, Felipe López Gálvez, analista de SelfBank, teme que esta crisis reputacional pueda estar teniendo consecuencias en su negocio y en la confianza de sus clientes, ahora más recelosos a la hora de depositar sus ahorros.
Mecanismo italiano fallido
Hace apenas unos meses, Italia puso en marcha un fondo financiado principalmente con capital privado que tenía como objetivo buscar inversores: La idea era capitalizar los bancos y facilitar la venta de los activos tóxicos. A diferencia de España, donde los problemas del sistema bancario fueron una herencia de la burbuja inmobiliaria, en Italia los bancos han venido acumulando impagos procedentes de préstamos empresariales.
“El escaso éxito de esta medida ha sido la falta de interés por parte de los inversores”, explica López Gálvez, “así como la gran diferencia entre el precio al que estos estaban dispuestos a comprarlos, y el precio que pedían los bancos. En caso de venderlos a ese precio de mercado, la mayoría de entidades no dispondrían del capital suficiente para hacer frente a las pérdidas contables que estas ventas aflorarían”.
Después de que este tipo de medidas ideadas para sanear el sistema financiero italiano no hayan surtido el efecto deseado, el gobierno trata ahora de encontrar la manera de ayudar directamente a los bancos.
Los expertos esperan lo peor
Javier Flores, responsable de análisis de Asinver, señala que “Monte dei Paschi es solo la punta del iceberg. Es para Italia lo mismo que era Bankia para España, una entidad sistémica, que es también un símbolo político”.
“Monte dei Paschi tiene un agujero enorme. Es un problema de morosidad y de activo deteriorado. Tienen que limpiar ese balance. Había un ritmo determinado de reducción del balance, el BCE pide ahora que sea más rápida esta salida, y ahora, en las últimas horas, hemos conocido que incluso el ritmo que exige el BCE es insuficiente”, continúa Flores.
«Monte dei Paschi es para Italia lo mismo que era Bankia para España, una entidad sistémica y un símbolo político»
Ante esta situación, el Gobierno italiano había previsto una serie de instrumentos que le permitirían ir recomprando ese tipo de activos a valor nominal en torno a 500 millones de euros sin necesidad de rescate, pero los nervios vienen porque parece que las herramientas convencionales del Gobierno italiano para hacer un rescate ligero, sin activar resortes europeos, son insuficientes. Por tanto, podría verse obligado a pedir el rescate con resortes europeos; un rescate financiero que Renzi quiere evitar a toda costa.
“Un rescate financiero en Italia tendría repercusiones muy similares a las que hemos tenido en España. Cualquier rescate, aunque sea parcial, va a suponer colocar bajo tutela europea el ámbito del rescate, tenga el alcance que tenga, ya sea a la entidad, al sector bancario, o incluso una política de ajuste determinada”, explica Flores.
López Gálvez, por su parte, señala que “a diferencia de España, donde sí hicimos los deberes para sanear el sistema bancario, en Italia no han hecho nada. Es cierto que ahí no tuvieron el problema de la burbuja inmobiliaria que sí tuvimos aquí, pero han pasado unos años de la crisis y los bancos italianos han ido poco a poco acumulando activos morosos en balance, y ahora que los requisitos cada vez son más duros, se está viendo que tienen mucho activo tóxico dentro del balance. Y, en el caso de Monte dei Paschi, al ser el más grande es el que se está poniendo como ejemplo, pero en general es un problema de todo el sistema”.
Borja Rubio, de XTB, explica que “por desgracia no hay mucha información. El BCE, igual que habla de la inflación, Grecia y esos temas, también nos gustaría que hablara un poco de Italia. Y eso, obviamente, el mercado lo penaliza. Cuando hay cierta incertidumbre, y el activo en su balance tiene muchos créditos de dudoso cobro, -que posiblemente vaya a tenerlos que recapitalizar mediante fondos propios, es decir ampliaciones de capital-, siempre es una mala noticia. La banca italiana en general ha perdido en Bolsa desde principios de año, tres cuartos de su valor”.
Italia no quiere que se le aplique la hoja de ruta que se aplicó en España.
“Matteo Renzi quiere hacer una especie de garantía estatal por 150 mil millones sin más, es algo que no está muy claro, pero consiste en poder recapitalizar sin tener que pasar por la dureza de la Unión Europea en temas de ayuda pública”, explica Santiago Carbó, Catedrático de la Bangor Business School. “Aquí fue muy duro, es pegarle una crujida a las instituciones tremenda, y Renzi se quiere escapar. Si al final la UE convence a Italia, los italianos se van a coger un mosqueo que puede tener repercusiones en el referéndum de octubre”, matiza.
Y es que Italia afronta en octubre un referéndum sobre una reforma constitucional que contempla, entre otros elementos, limitar los poderes del Senado y acabar con el bicameralismo perfecto. Un referéndum que se entiende como una ‘moción de confianza’ de Renzi, y al que no le vendría nada bien que Europa se meta en su economía.
“El problema de la banca italiana reside en una economía enferma, y en unos bancos que han hecho poco. El supervisor europeo ha puesto en marcha una supervisión más dura, pero hasta ahora se han escabullido. Nadie entiende como lo han podido hacer, cuando aquí nos aplicaron una hoja de ruta tan dura, y ellos, que tienen un problema mayor por haberlo dejado pasar, se han librado hasta ahora”, explica Carbó.